Por Sonali Kolhatkar, 21 de marzo de 2014
Un nuevo Informe presentado al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas
sobre el Derecho a la Alimentación, apunta directamente a cómo se
producen los alimentos y su distribución a escala mundial. Con un
análisis de nuestro sistema alimentario por parte de expertos, como
Vandana Shiva y Michael Pollan, el autor del Informe, Olivier de
Schutter, solicita una menor intromisión de las grandes empresas
agrícolas y un control democrático de los alimentos.
Aunque las recomendaciones
del Informe son revolucionarias, los grandes de medios de comunicación
no se han hecho eco de su publicación.
De Schutter, relator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación, ha pasado seis años visitando más de una docena de países, concluyendo que el sistema de alimentación de todo el mundo debe ser reconstruido,
en base a la incentivación de la agricultura local, sostenible, para
que las personas tengan un mayor control sobre lo que desean cultivar y
comer. Esto es algo que no suena radical en Estados Unidos, donde se
está produciendo una rápida expansión de los mercados locales y el
cultivo en los patios y jardines. Pero en las comunidades pobres, sean
de Estados Unidos o de otros países, esta idea sí que suena radical. Se
trata en definitiva de promover el cultivo local, una agricultura
sostenible y una gestión democrática del sistema de alimentación.
El Sistema Alimentario mundial
está controlado por un puñado de gigantescas Corporaciones, la mayoría
de las cuales tienen sus sede en Estados Unidos, tales como ConAgra, Cargill y PepsiCo.
Por las manos de estas Empresas pasan la mayor parte de los alimentos
del mundo. Este es un Sistema ambientalmente insostenible, debido a la
excesiva dependencia de los fertilizantes químicos, plaguicidas y
combustibles fósiles, pero también en su ineficacia en alimentar a la
gente. El Programa Mundial de Alimentos estima que 842 millones de personas padecen hambre en todo el mundo.
¿Cómo se ha llegado a esta situación? La llamada Revolución Verde,
a partir de la década de 1940, fue una promesa de que una solución
tecnológica con semillas de alto rendimiento, en combinación con
fertilizantes y plaguicidas químicos, acabarían con el hambre en el
mundo. En cierta medida, la Revolución Verde tuvo éxito en
producir grandes cantidades de granos de cereales que alimentan a una
gran parte de la población del mundo. Pero, ¿cómo tan pocas empresas lo
controlan todo? ¿Y por qué tanta gente aún pasa hambre?
En una entrevista publicada en Uprising
con el activista Raj Patel, le hice una pregunta sobré qué ha salido
mal en la Revolución Verde y por qué el Informe de De Schutter puede
aportar soluciones. Patel es escritor, activista y académico; escribió
el libro “Obesos y famélicos: los mercados, el poder y la batalla oculta por el control del Sistema de Alimentos” y “El valor de la nada”, un best-seller según The New York Times. Da clases en la Universidad de Berkeley con Pollan, y es asesor de Schutter. Patel me dijo: “el sistema alimentario del mundo está forjado por una historia de colonialismo, esclavitud e imperialismo”.
Más recientemente, Patel me ha dicho que la Revolución Verde ha dado lugar a “que
la agricultura industrial haya sustituido a los trabajadores,
teniéndose que desplazar estos a las ciudades. Allí son las personas que
tienen más probabilidades de pasar hambre”. Patel también dijo: “Sí,
hay más alimentos que se producen a partir de los grandes cultivos
básicos, pero se sacrifican otros tipos de cultivos más nutritivos que
crecían junto a los cereales”. Poniendo de ejemplo el caso de América Latina, Patel señaló que durante el período de máximo apogeo de la Revolución Verde, “la producción de alimentos aumentó en un 9%, pero también aumentó el hambre”.
Patel sostiene que hay alimentos suficientes para todos, pero “la forma de distribuir la comida es injusta”.
En otras palabras, el control de las Corporaciones de las vastas
extensiones de monocultivos hizo que muchas personas fueran expulsadas
de sus tierras, hasta que sólo han quedado un puñado de empresas que
producen más alimentos que nunca, pero persiste una población hambrienta
de pobres sin tierra que no pueden permitirse el lujo de alimentarse a
sí mismos.
Enlace:
23 Mar 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario